lunes, 6 de diciembre de 2010

MAGIA, ENCANTO E HISTORIA

 En la hermosa isla de Chiloé existen alrededor de trescientas iglesias y capillas de las cuales dieciséis fueron reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO el 2000. Poco se sabe de la existencia de todas ellas, por eso se ha estado trabajando en su restauración, cuidado y difusión.
por María Inés Manzo C. / fotografía gentileza Fundación Amigos Iglesias de Chiloé

Al llegar a la isla de Chiloé lo primero que se viene a la mente es estar en un lugar maravilloso que nos desconecta completamente de la ajetreada vida en la ciudad. Sin duda contribuyen a esto el clima sureño, las deliciosas comidas, la artesanía típica, la calidez de su gente y —sobre todo— los verdes paisajes que admiramos en este Recorriendo de Tell. Pero lo que muchos no conocen, es que aquí existen ciertas iglesias que fueron reconocidas por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, no sólo por su arquitectura, sino por ser un patrimonio vivo.

Achao, Aldachildo, Caguach, Castro, Chelín, Chonchi, Colo, Dalcahue, Detif, Ichuac, Nercón, Quinchao, Rilán, San Juan, Tenaún y Vilupulli, son templos chilotas y monumentos nacionales de estilos muy diversos, que nacen a mediados del siglo XVIII como manifestación de la religiosidad de la antiguas misiones evangelizadoras. De hecho, una de las explicaciones de por qué poseen torres tan altas tiene relación con el deseo de los jesuitas de acercar a los indígenas con Dios, de ahí también que muchas de ellas estén cerca del mar para ser más accesibles. Es importante señalar, que estas iglesias, junto al trabajo de los carpinteros de ribera y la integración de la misma comunidad, han forjado una identidad propia y característica de éste archipiélago.

Bajo el cuidado de la Fundación de Amigos de las Iglesias de Chiloé (FAICH) —desde 1993— han recibido restauraciones, recuperación de materiales e intervenciones. Siendo sus objetivos principales la conservación y protección de estos increíbles monumentos. Justamente en este tour nos acompañó su director ejecutivo Cristián Larrère, el arquitecto jefe de obra Ernes Hillmer y la guía turística Lenka Mayerovich, quienes mostraron parte de su dedicado trabajo.

“Nos interesa que tanto la gente como los turistas entiendan que más allá de la antigüedad y belleza material, detrás de cada iglesia hay un significado mucho más importante y profundo que es el patrimonio vivo-cultural que representan. Una tradición propia de Chiloé que viene arrastrada por decenas de años”, comenta Larrère

Este organismo sin fines de lucro, se encuentra desde el 2000 en las dependencias del ex convento Inmaculada Concepción de Ancud, lugar donde nos reunimos. El centro de visitantes es el punto de partida para la Ruta de la Iglesias. En su museo se pueden apreciar las maquetas de las dieciséis iglesias, los materiales rescatados de las obras —ventanas, arcos, cruces, vitrales—, tipos de ensambles utilizados en las construcciones —como la famosa cola de milano o rayo de Júpiter —, maderas típicas de la zona, vestimenta de la diócesis, entre otros. Gracias a lo cual se puede conocer el origen de estos monumentos. Este recinto también es sede de la Escuela Chilota de Arquitectura en Madera, donde la misión principal es preservar el trabajo de los carpinteros chilotas. Tradición que es un legado de varias generaciones.

No se puede dejar de mencionar, la labor de intervención que se ha realizado con la utilización de materiales ecológicamente amigables que no dañan el medio ambiente. Por eso para tratar las maderas y que no sean afectadas por el clima, la humedad, los hongos y los insectos xilófagos se han traído productos desde España, certificados internacionalmente. Esto, con la ayuda de la empresa viñamarina BUMA, que se preocupa de la conservación de edificaciones patrimoniales.

LA RUTA DEL FIN DEL MUNDO

Luego de conocer parte de su interesante historia y trabajo, nos dirigimos a realizar nuestra visita, la cual consta de cinco de las Iglesias Patrimonio de la Humanidad: San Antonio de Colo, Tenaún, San Juan, Dalcahue y Castro. Recorrido propuesto por la Fundación para los turistas, ya que posee una detallada guía no sólo para saber llegar a los templos, sino que permite disfrutar de innumerables atractivos desde el etnoturismo al agroturismo. La finalidad es sumarlas eventualmente a todas, pero esto depende de que estén completamente habilitadas para la seguridad de los patrimonios y de las personas.

De este modo, comenzamos en Ancud para luego bordear la costa oriental del archipiélago, en un camino donde fuimos apreciando hermosos paisajes que se adornaban con la lluvia y el sol. Pueblos, salmoneras, cascadas, capillas pequeñas y principalmente la esencia de la cultura chilota, terminando en la ciudad de Castro, capital de Chiloé. Es importante destacar la belleza y verdadera magia que se siente al hacer este paseo, en cada rincón donde se mire, hay algo que llama profundamente la atención.

SAN ANTONIO DE COLO

Una de las iglesias más sencillas, pero no por eso menos hermosa es San Antonio de Colo. De estilo rústico, fue construida a inicios del siglo XIX y su fachada se destaca por el pórtico que remata en un medio arco hacia los dos lados, generando un frente muy peculiar. En su interior llaman la atención las estrellas pintadas en su cielo y unas preciosas embarcaciones que cuelgan del techo. Si bien no tiene vista al mar, está la belleza de su entorno, muy verde. Una historia peculiar tiene relación con su sacerdote Mariano Puga, quien dejando la aristocracia chilena en que nació, decidió ir a vivir de manera austera para ayudar a quien más lo necesitara.

SAN JUAN BAUTISTA

Ubicada en el poblado que lleva el mismo nombre, la iglesia San Juan Bautista data su construcción de 1888 aprox. Inmediatamente se hace notar su madera un tanto rojiza y el imponente paisaje al borde del río San Juan, donde se encuentran variadas embarcaciones. De hecho, cuando sube la marea quedan a muy poca distancia.

NUESTRA SEÑORA DE PATROCINIO DE TENAÚN

La iglesia Nuestra Señora de Patrocinio de Tenaún es muy atractiva por su color donde sobresalen el celeste y el naranjo, pero sobre todo destaca por ser la única que tiene tres torres. Las cuales son en honor a los tres montes que se encuentran detrás de ella. Construida a mediados del siglo XIX, su principal fiesta se celebra el 30 de enero. Además, desde su campanario se puede apreciar el acogedor paisaje y las demás islas.

NUESTRA SEÑORA DE DOLORES DE DALCAHUE

Fue construida a fines del siglo XIX, donde antiguamente había una primitiva capilla de las misiones jesuitas. La iglesia Nuestra Señora de Dolores de Dalcahue fue dedicada a la virgen del mismo nombre, resalta por su color blanco, su pórtico con nueve arcos, seis en punta, dos remontados y el central de medio punto. Además de tener una hermosa vista panorámica, está revestida en su exterior con tejuela de alerce.

SAN FRANCISCO DE CASTRO

Ubicada sobre la plaza de Castro, la construcción de la iglesia San Francisco de Castro data de 1976. Su patrono que lleva el mismo nombre celebra su fiesta el 4 de octubre. Es una de las más visitadas y la más alta. En color amarillo y torres de tonos celestes, tiene en su punta una virgen. En su interior sobresale el trabajo en madera tanto de vigas, arcos y detalles. Una particularidad es que su diseño original era en piedra, pero se decidió finalmente hacerla en madera.

Para terminar, como dato imperdible la isla de Aucar es una parada recomendada entre las iglesias —camino a Colo—, donde se encuentra un Parque Botánico que tiene una flora y fauna nativa impresionante. Para llegar a ella hay que cruzar un puente de madera que da la sensación de llevarnos a otro mundo. Está lleno de aves y principalmente cisnes de cuello negro que anidan a sus alrededores, junto a ovejas y otros animales. Al centro hay una capilla simplemente hermosa con enredaderas en su fachada.

Así también, hay que ver la artesanía que se ofrece cerca de gran parte de las iglesias, en puestos de todo tipo de productos en lana chilota, muy recomendable para el invierno. Además, no se puede dejar de mencionar la increíble comida que hay en la carretera de la ruta como los milcaos con chicharrones, las deliciosas tortillas de papas, dulces artesanales, miel, salmón y por supuesto el famoso curanto con chapalele. Todo esto otorga una maravillosa experiencia, provocando que nadie quiera despedirse jamás de la increíble isla de Chiloé.
NUESTRO DATO
FUNDACIÓN AMIGOS DE LAS IGLESIAS DE CHILOÉ
Federico Errázuriz 227, Ancud
Teléfonos: (65) 621046 (65) 629847
www.iglesiasdechiloe.cl










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